17 Sep ENTRE USTED Y YO
Por Luisa Rebecca
Santiago. “Luna sobre el Jaragua, que mira celosa tanto esplendor…” Luis Alberti.
*******
Waddys Jáquez y Pablo García crearon “Mariposas de Acero”, un musical nuestro. Un montaje costoso, elegante, con buena producción, escenografía, impecable vestuario, maquillaje, utilería, artistas y proyecciones escenográficas. Una historia nuestra contada y cantada en escena revalorizando a nuestros héroes y a nuestro patrimonio y reserva patriótica.
***
Los mejores momentos, la fundación del 1J4, la canción de cuna. Me quedé esperando que las mariposas, al salir de la cárcel, en vez de El Ratoncito Miguel, cantaran el Himno Nacional, que brilló por su ausencia, aunque fuera un fragmento. Un Manolo Tavárez con moño, sin ninguna proximidad en la caracterización de tan carismático líder, a diferencia de todo el empeño que pusieron para que los demás se parecieran a los personajes reales.
**
El provocador vestido rojo que usó Minerva en la fiesta donde bailó con Trujillo dio un mensaje distinto. No creo que a esa fiesta, asistiera vestida “de colorao”, porque su intención como mujer, no era seducirle, fue a esa fiesta por obligación. Trujillo nunca gobernó una isla, gobernó un paìs y eso siempre lo dejó bien claro, tampoco jugaba golf. Para bien o para mal, Rafael Leonidas, siempre tuvo como universo a la República Dominicana, “al país”, del cual fue el jefe por tantos años. Rufino de la Cruz sigue siendo tratado como un simple chofer, sigue quedando en el plano de servicio, no se trata como un firme activista del Movimiento 14 de Junio, que sí sabía en lo que se estaba metiendo. El tratamiento de la cárcel La 40 fue muy cabaret, un festín. De hecho, gente que vivió esa experiencia tiembla al recordar aquel temido recinto, donde los presos morían o salían desfigurados. Sólo se limitaron a algunas camisetas rotas, no se recurrió a ningún tinte en la ropa que mostrara las atrocidades de esa temida cárcel. Fue una de las escenas en que, más que festividad, debió mostrarse el punto más sensitivo.
****
En toda la extensa noche solo aparece un merengue, el que baila Rafael Leonidas con Minerva. En esos años, los bailes de salón eran abundantes y muy variados. Danzones, boleros, Pero sobre todo el merengue, en un arrebato intenso de nacionalismo, como es costumbre de los dictadores, Y si es para atraer jóvenes que se utilizó el generó urbano en un 95%, el 98% de los presentes en la función a la que asistí, no eran jóvenes, eran personas de más de 50 años que sí conocen la historia y fueron a disfrutar del musical. Sólo hay que echar un vistazo a la gran cantidad de orquestas de merengue que proliferaron en ese entonces Luis Alberti, Santa Cecilia, Super Orquesta San José, Lira del Yaque, luego Orquesta Generalísimo, de donde salieron decenas de buenos músicos y cantantes. Sin contar con el disco Salve San Cristóbal, en honor a Trujillo y el disco de merengues grabado por Xavier Cugat. Eran los años del esplendor del merengue, ritmo que enaltecía la patria. Pero en las fiestas de esos años se escuchaba de todo, boleros, mambo, mangulina, valses, danzas, pasodoble, salves, chachacha, selección de estándares al estilo big band o Glenn Miller, con arreglos de los magníficos maestros Radhamés Reyes Alfau, Julio Gutièrrez, Luis Rivera, Bienvenido Bustamante, Luis Alberti o Papa Molina en voces que van desde Vinicio Franco, Rafael Colòn, hasta Rafelito Martínez o Pipi Franco, con el fondo brillante de la sección de metales. No son símbolos de la Era, son símbolos de la historia de esos años…
***
Saturó demasiado el mismo género urbano, faltó balance musical, variedad, disponer de un abanico más amplio y menos repetitivo que le aportara riqueza a este extraordinario musical de excelente puesta en escena.
***
Lo mejor del musical, Dedé, quien narra la historia con tanto coraje. Adalgisa Pantaleón, robusta en el escenario, llena de fuerza y talento, la mujer que se crece en escena, cuánta fuerza interpretativa, cuánto sentimiento. Grande, esta mujer orgullo dominicano.